miércoles, 23 de abril de 2014

Averly: ¡Sorprendente¡



Averly: ¡Sorprendente¡

El Viernes Santo leo en el Heraldo de Aragón un artículo de opinión firmado por Manuel Perez Latorre, arquitecto,  en el que afirma que la catalogación dada por la DGA es la más adecuada  para preservar este bien, rechazando la catalogación de todo el conjunto por razones varias.  Hay dos cosas que me han sorprendido, en primer lugar es que el discurso es paralelo a todos aquellos que se han pronunciado en este sentido, parece que son pronunciamientos a medida de lo que se quiere defender por parte de la DGA y la constructora. En esta misma línea llama la atención que quienes esto dicen obvian el discurso contrario, mayoritario y de más peso institucional e intelectual, como es Hispania Nostra, Consejo de Patrimonio Histórico del Estado, La Real Academia de Ingenieros de España, profesores universitarios especialistas y estudiosos de Averly, Unesco Aragón, etc. Las noticias referentes a su conservación global quedan minimizadas mientras que las que abogan por el derribo se ensalzan, nuestros medios de comunicación están aliados con el poder económico y no con la cultura y el progreso de nuestra comunidad, salvo Aragón Digital. Francamente doloroso y lamentable.  Pero la cosa no queda ahí, el Sr. Perez Latorre es conocedor del concepto de “patrimonio industrial” y de su consideración actual como elemento que debe de ser conservado, arremetiendo sobre aquellos que lo defienden con “vehemencia”. Es curioso que este conocido arquitecto diga lo que dice ya que sus hechos nos confirman su “peculiar” forma de entender la conservación del patrimonio: en el museo Pablo Serrano ha quedado minimizado el espacio primitivo que estaba catalogado BIC y, precisamente era arquitectura industrial, realmente se lo ha cargado casi todo ese espacio en contra no solo del espíritu de la Ley de Patrimonio sino también en contra de los deseos del propio Pablo Serrrano cuando dejo en herencia a nuestra comunidad su patrimonio escultórico. Todos recordamos la estación de Canfranc cuando este mismo señor quería desmontar el tejado de este edificio para elevar una planta más y así poder aumentar el espacio para un futuro hotel. Menos mal que no se llevó a término. ¿Esto es conservar el patrimonio? ¿Se puede dar credibilidad a estas opiniones? Desde mi pobre blog debo denunciar además de la mediocridad empresarial a los medios de comunicación que se declaran “independientes” y fundamentalmente a nuestros políticos que nada hacen por todos y si favorecen intereses particulares y no solo del gobierno de la DGA sino también el municipal. Estas actitudes quedaran para el futuro de Aragón y serán un nuevo testimonio de incultura y de mala gestión y será engrosada la lista de la destrucción de nuestro patrimonio que comenzó con la Torre Nueva.

martes, 8 de abril de 2014

LA BICICLETA


 


La bicicleta

El Ayuntamiento de Zaragoza está preparando una nueva campaña de comunicación sobre la convivencia de peatones, ciclistas y vehículos a motor que se lanzará el próximo mes de mayo. Esta es la noticia, pero, creo, que debería ampliarse a todo el colectivo social y no sólo bajo la perspectiva ciclista sino desde el ámbito de cada ciudadano, sea ciclista, peatón, motorista o automovilista. Yo desde mi perspectiva ciclista debo decir que este colectivo no goza de una “buena prensa” desde el ámbito ciudadano y, creo, con toda razón del mundo, pero hay que advertir que tampoco los peatones somos unos buenos cumplidores de las normas de tráfico: irrumpimos la calzada en cualquier momento, el carril-bici en los pasos de peatones esta también ocupado por peatones, los semáforos tampoco se respetan, etc. Los de “cuatro ruedas” también hacen de las suyas, pero posiblemente se infringe menos, lo cual es lógico por lo grave de sus consecuencias. Es necesario actuar con rapidez y poner todos los medios para que la ciudad sea más amable respetando las normas de tráfico y por ende mayor seguridad para todos. Es cierto que primero es el peatón pero tendremos que concienciarnos sobre la necesidad de cumplir lo establecido para que todo funcione mejor. Aquí existe el dilema de si solo deben de haber consideraciones morales o cívicas o debe de haber “consideraciones económicas” para que el cumplimiento de norma sea un hecho.