martes, 28 de octubre de 2014

Tranbus en Zaragoza


 

El Sr. Suarez, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza, nos ha brindado una solución al problema del transporte en Zaragoza: el tranbús.  Su implantación seria un modelo revolucionario y vanguardista.  No se los asesores que tiene este señor pero sus afirmaciones dan a entender la ignorancia que sobre este tema tiene. El tranbús no es otra cosa que un autobús articulado con dos o tres unidades que está implantado en muchas ciudades de nuestro querido mundo. Por ejemplo hace años que circula en México df, en Estambul se implanto hace más de una década y en España en Barcelona se acaba de inaugurar. Las fotografías que muestro dan fe de ello. El Sr Suarez debe de tener claro una cosa: los medios de movilidad urbanos son variados y son más un problema técnico que político, quiero decir que si se implanta el travía y no el metro o el bus es porque la capacidad de trasporte de estos medios difieren entre si. Por ejemplo cuando hay que trasportar más de 50.000 personas día en un trayecto, el bus resulta insuficiente y deberá implantarse el tranvía y lo mismo ocurre con el metro para que  el trasporte de personas sea posible y fluido.

Si algo tiene de positivo la noticia es que el tranbús tiene tracción eléctrica y por lo tanto es un vehículo no contaminante. Su implantación sería posible en aquellas líneas que el número de pasajeros no superase las cifras antes dadas pero no serviría para suplir la futura línea 2 que seguro que superará los 50.000 viajeros diarios.

En cualquier caso sería interesante que conociéramos las diferentes modalidades que se dan en los tres modelos tipos de trasporte colectivo: bus, tranvía y metro. Su conocimiento permitiría tener una opinión fundada y evitaría muchos desencuentros.

miércoles, 15 de octubre de 2014

¿En fiestas, todo vale?


 
La resaca de estos días no impide que reflexionemos acerca de algunos aspectos que se dan en nuestras fiestas del Pilar. Me ha llamado la atención que la prensa haya denunciado el exceso de decibelios en alguno de los actos programados. No hace falta ningún aparato medidor de sonido para darse cuenta que en muchos espectáculos callejeros el sonido resulta excesivo, molesto e indudablemente nocivo para nuestro sistema auditivo. Propugnamos una ciudad saludable y sin ruidos y en estos actos tenemos amnesia de nuestros principios. Comprendo que estamos en fiestas pero se podrían llevar a cabo estos eventos bajando un poco el volumen y no se resentiría el espectáculo. Generalmente a este tipo de críticas se responde que estamos en fiestas y mi pregunta es si en fiestas ¿todo vale? Creo que no. Otro detalle que me ha llamado la atención ha sido el poner chiringuitos y “contenedores-casa” en lugares emblemáticos de nuestro centro histórico afeando espacios que en algún caso son Patrimonio de la Humanidad. Considero que habría que tener un poco mas de sensibilidad y disponer de estos chiringuitos en lugares que no afeen nuestro patrimonio. Realmente todo no vale.