Parece ser que el Gobierno de
Aragón no tiene claro qué hacer con el espacio dejado por los juzgados de la
plaza del Pilar. Son muchos metros y un lugar privilegiado como para no dejar
perder una oportunidad de oro y poder hacer resurgir con fuerza el centro
histórico de la ciudad. En diferentes informaciones de la prensa se hacen
diferentes reflexiones que trasmiten la inquietud de cómo va a quedar este
espacio emblemático de la ciudad en el momento en el que los juzgados dejen de
estar allí. Es cierto que son muchas las personas que dejarán de acudir allí y también
es cierto que muchos despachos de abogados y procuradores se trasladarán al
nuevo recinto en la Expo. Las personas que acuden al Pilar no son suficientes
como para mantener todas las infraestructuras que tiene este espacio. Es
necesario reflexionar con profundidad y dar una respuesta adecuada en unos
tiempos difíciles para la economía nacional y local. Hay propuestas de todo
tipo: residencia de estudiantes, facultad universitaria, pisos, oficinas,
hoteles… La verdad es que los tiempos que corren no son los adecuados para
embarcarse en una aventura que conlleva bastantes millones de euros, y más
todavía cuando no hay un mercado solido que dé respuesta a estas expectativas.
Bajo mi punto de vista una idea
debe de ser la que sirva de guía para tomar una decisión adecuada y es que lo
que se haga sea capaz de revitalizar
todo ese espacio y ser motor de nuevas actividades económicas. La idea
de hacer oficinas y pisos choca frontalmente con la realidad, la cual nos
presenta un exceso de estos espacios desde hace varios años y aún más al salir
los despachos de abogados a otros lugares. Lo mismo ocurre con los hoteles que
desde la Expo se han saturado las plazas, con el agravante de que este tipo de hostelería
no ofrece un motor activador del centro. El poner una Facultad Universitaria sí
que sería interesante la propuesta dado que una actividad de este tipo lleva
consigo una gran movilidad en las viviendas y otros espacios comerciales, es
una actividad que da vida allí donde esté. También seria posible ubicar en
parte de este espacio un anexo al Conservatorio Profesional de Música o una
escuela de Idiomas. Por lo tanto el Gobierno de Aragón deberá considerar esta
alternativa, aunque parece ser que no
hay dinero para poder meterse en este tipo de inversiones.
Queda por considerar el reconvertir todo este
espacio en un gran centro comercial y de ocio. La ciudad de Zaragoza especialmente
ha seguido en las últimas décadas una trayectoria de apoyo a la instalación de
superficies comerciales en el extrarradio de la ciudad, chocando frontalmente
con la tradición mediterránea del comercio de proximidad. Esto ha provocado la
desaparición del centro de la ciudad del comercio tradicional y el “vacio” de
núcleos que anteriormente se encontraban llenos de vida. Creo que es de
justicia que se le devuelva al centro de la ciudad aquello que es suyo y que
pueda reconvertir este espacio ciudadano en un lugar de encuentro de todos los
zaragozanos y visitantes sin necesidad de salir de la ciudad consolidada y por
lo tanto evitando los problemas que ello conlleva, atascos, necesidad de
trasportes, etc. Es un lugar perfecto por su localización, cercano al tranvía,
con aparcamiento, apoyaría la actividad del Mercado Central y sería motor de
todo el centro de la ciudad. Sería un lugar en el que la actividad estaría asegurada
todos los días de la semana ya que los festivos ofrecería sus lugares de ocio y
restauración. Se puede objetar que podría perjudicar a otras superficies comerciales,
pero este problema no es de este lugar, ya que aquí si que estuvo desde siempre
la actividad comercial que en las últimas décadas se llevaron al extrarradio.
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