martes, 5 de noviembre de 2013

Plaza de Salamero

 
Recientemente la Institución Fernando el Católico ha publicado un librito titulado “Zaragoza en 1861” muy interesante para conocer las claves del desarrollo urbanístico de nuestra ciudad en los últimos 150 años. Ya en Europa a principios del S XIX Haussmann había iniciado en Paris, ante el crecimiento urbano propiciado por la Revolución Industrial, una serie de cambios urbanísticos que la puso como la ciudad más moderna de su época. Siguiendo estas mismas iniciativas en España, en las ciudades más importantes, se fueron creando lo que se llamo planos geométricos que no pretendían otra cosa sino alinear las tortuosas calles medievales y ensancharlas dando una nueva perspectiva a la ciudad antigua. En Zaragoza fue José de Yarza el encargado de llevar a efecto estas nuevas alineaciones y ensanches. Uno de los primeros y más significativo es el ensanche de la calle Alfonso a partir de la calle del Trenque que con su prolongación hasta la plaza del Pilar dio como resultado esa nueva vía, era el año de 1.866. La desamortización de Mendizabal propició que quedaran fuera de uso muchos edificios religiosos adoptando nuevos actividades o se derribaron para dar paso a estas reformas. La especulación jugó un gran papel como ocurre en la actualidad. El crecimiento urbanístico se llevo a cabo dentro de la muralla medieval con lo cual colmató estos espacios, muchos antiguos conventos, sin que hubiera un proyecto de expansión fuera de estos muros como ocurrió en Barcelona. Si a esto añadimos los espacios que dejo en solares muchos lugares de la ciudad la Guerra de la Independencia se puede observar el gran cambio urbanístico  que supuso los dos últimos siglos.
 En las fotos aparecen la plaza de Salamero en 1860 antes de su ampliación por el derribo del convento de Santa Fe que ocupaba parte de la actual plaza y la calle del Trenque 8terminaba en la actual plaza de Sas) que pasaría a ser calle Alfonso.

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